Leer «En defensa de la Ilustración de Steven Pinker, es una suerte de baño incontestable de optimismo y confianza en la humanidad, con profusión de datos y cuadros. Es un libro que desarma todos los relatos catastrofistas, y cuando terminas de leerlo sientes un enorme subidón. ¿Es el efecto que produce conocer la verdad que brindan los datos, o es el efecto de un nuevo relato muy bien construido con los datos convertidos en talismán para desencadenar la fe en la humanidad?
Pinker basa su optimismo en su confianza en la ciencia, la tecnología y la política para dar respuesta a todos nuestros desafíos, incluido el más grave de todos, al cambio climático. Defensor del libre mercado como único motor de generación de riqueza, nos impulsa a abandonar el ecopesimismo e ideas derivadas como el decrecimiento o los cuestionamientos anticapitalistas, así como revisar nuestros prejuicios ante la energía nuclear y abrazarla como la solución definitiva para satisfacer las necesidades de energía de un mundo que en su conjunto avanza hacia la eliminación generalizada de la pobreza. Escrito en 2018, En defensa de la Ilustración se basa en una profusión inusitada de datos, con los que Pinker pretende derribar muchas ideas preconcebidas, hacer un balance muy positivo del progreso humano desde la Ilustración hasta hoy y tener una visión esperanzada hacia el futuro.
Pinker es muy crítico con el pesimismo de las posiciones de la izquierda ecologista, post-marxistas o ecosocialistas (cita como referente anglosajona de esta visión a Naomi Klein), que centran sus propuestas en la búsqueda de una «justicia climática», y plantean que la solución al cambio climático requiere como condición de partida desmontar el sistema de libre mercado. A este respecto decir que hace dos años (justo cuando Pinker publicaba su libro), tuve el gusto de asistir a una conferencia de una de las referentes del ecologismo de izquierdas español, Yayo Herrero, organizada por Itaca y Club Clístenes en Galapagar, y ante la pregunta de qué sistema económico alternativo al capitalismo defendía (ella se define como anticapitalista y ecofeminista), dijo adscribirse al ecosocialismo y defender una economía social y solidaria basada en priorizar los cuidados, la vuelta al campo para repoblar y relanzar la economía rural y fomentar una producción y un consumo sostenibles, erradicar la energía nuclear, crear una gran banca pública y tener un Estado potente, capaz de expropiar lo que fuese necesario para hacer un cambio de modelo (grabé aquella conferencia y la podéis escuchar aquí: parte 1 https://go.ivoox.com/rf/25172266 y parte 2 https://go.ivoox.com/rf/25172418). El argumentario de Herrero, es exactamente el que Pinker cuestiona en su libro. Y lo hace proclamando un ecologismo alternativo, anunciado desde una tarima claramente mainstream, de clara adscripción al partido demócrata norteamericano (Obama como gran referente) y autodefinida como ilustrada («ecologismo ilustrado» o «ecologismo humanista»), es decir, basada en la razón y la ciencia.
Jorge Ponce Dawson – Coordinador de Club de Lecturas
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