Descripción
HAPPY CITY – Transformando nuestras vidas a través del diseño urbano
Charles Montgomery
Farrar, Straus and Giroux, New York, 2013
Debates Urbanos 4: Jueves 29 Octubre 2020 – 18hrs España
Debate Club de Lecturas 1/2: Sábado 21 Noviembre 2020 – 19hrs España
Debate Club de lecturas 2/2: Jueves 10 Diciembre 2020 – 19hrs España
Links de conexión a sesiones de debate zoom, disponibles para soci@s en sección Ágora de página de inicio de www.clubdelecturas.com.
Guía de Lectura preparada por: Magdalena Plocikiewicz, conectada desde Barcelona, España
Charles Montgomery – escritor, urbanista, publicista, conferencista y geógrafo canadiense nacido en Vancouver en 1968. Ha sido galardonado con diferentes premios por sus artículos y contribución en la lucha contra el cambio climático. Montgomery es fundador de un centro de investigación y consultora Happy Cities que promueve el diseño urbano enfocado en la felicidad. Su centro colabora con el Museo Guggenheim, Laboratorio para la Ciudad y otras entidades, impartiendo talleres, charlas y realizando intervenciones urbanísticas en diferentes ámbitos. Montgomery es miembro de la Red de Soluciones Sostenibles de la ONU, en la subdivisión de Ciudades Felices.
BREVE RESEÑA
El título del libro promete utopía. La psicología, la sociología, la neurociencia y el urbanismo se reúnen juntos para buscar la fórmula mágica de la ciudad feliz. El éxito de una urbe ya no se medirá a través de la renta per cápita, sino por la felicidad per cápita y la vitalidad del conjunto. ¿Tiene nuestro entorno el poder real de cambiar nuestra vida? Montgomery en su ensayo, ejemplificado con muchos casos prácticos y testimonios personales, nos hace desprendernos poco a poco de este escepticismo inicial. Nos invita a adentrarnos en la aventura de crear, o co-crear, nuestro micro y no tan micro entorno. El mero hecho de intentarlo empodera y restituye la dimensión humana de la cooperación, el vínculo con la comunidad, la parte de animal social que llevamos dentro. De forma espontánea, y casi como un efecto colateral de la mejora del entorno, lo transformamos en más verde, más próximo y mucho más respetuoso con el ecosistema. Y aquí sacan sus armas la psicología y la neurociencia, para demostrarnos que sí, que este camino de verdad nos hace más felices.
1.- El alcalde de la felicidad
S.Ph: Antes de hablar de la felicidad quizás estaría bien hacernos una pregunta: ¿De qué depende nuestra felicidad? ¿De nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestra salud y, en definitiva, de los condicionantes internos? ¿O de la serie de factores externos, como – el lugar donde nacimos, nuestra familia, el entorno, el trabajo, etc? ¿O tal vez es una mezcla de ambos?
Enrique Peñalosa, quien fue en dos ocasiones el alcalde de Bogotá, ha desafiado los principios de neoliberalismo y el mito de Robin Hood. Su propósito fue hacer de los habitantes de Bogotá en vez de gente más rica, personas más felices. Su promesa, que a primera vista puede sonar muy naif, estaba acompañada de una propuesta de revolución urbana. El experimento urbano de Peñalosa, su entusiasmo y su vocación para llevarlo a cabo, no solo le otorgaron el título de “alcalde de la felicidad”, sino también muchos seguidores a escala internacional. Mientras la ONU debatía serios problemas que iban a afrontar los 5 mil millones de urbanitas en el 2030, como las olas del calor, las inundaciones, la inmigración, la falta de energía, la escasa recaudación y trabajo, entre otras, Peñalosa proponía los pasos para conseguir mayor felicidad en las urbes. Si el éxito, argumentaba el alcalde, se midiera en renta per cápita y de forma comparativa, los bogotanos estarían condenados a ser los eternos perdedores. ¿Y cuál fue la receta para este nuevo éxito medido por la felicidad? Muy simple y apoyado en los hallazgos de la psicología y la neurociencia: socializar, caminar, mantener el contacto con la naturaleza, con la belleza y lograr el mayor grado de inclusión e igualdad. Peñalosa seguía el sendero marcado por los famosos urbanistas y activistas en este sector: Jane Jacobs y Jan Gehl. Los buenos espacios públicos, un parque, una ciclovía, un autobús, han sido elevados al rango de lugares casi mágicos. Tras un diagnóstico, certero a escala global, que las ciudades son amigables con los coches y no con sus habitantes, en Bogotá se ha hecho un trabajo importante para revertir esta tendencia. La capital colombiana ha sido pionera para lanzar su “día sin carro”, demostrando que la ciudad puede ser lo que queramos que sea y cambiar radicalmente.
Enrique Peñalosa promoviendo la movilidad en bici por Bogotá
La bonanza económica global de los años 90 no ha sido acompañada por la explosión de la felicidad, sino todo lo contrario, un crecimiento exponencial de los problemas mentales y el estrés. Esta situación se debe en buena medida a un fenómeno llamado adaptación hedonista que consiste en subir cada vez más el umbral de satisfacción y, en consecuencia, tener que invertir cada vez más medios para ser feliz. La búsqueda de la felicidad se convierte en un ejercicio para alcanzar el horizonte.
#1 ¿Existe alguna relación entre el diseño urbano y la felicidad? (El autor habla de la ciencia de la felicidad)
S.Ph: Cabe preguntar si no estamos cayendo en una trampa de sentimentalismo, de dejarnos engañar por las escenas bucólicas como un día sin coche o una supermanzana piloto o alguna acción de urbanismo táctico. Estos brotes verdes reverberan como un eco por muchas urbes del mundo, pero no dejan de ser iniciativas puntuales y anecdóticas frente a las necesidades de profunda transformación. Durante la pandemia del Covid19 hemos podido experimentar la ciudad despejada, no contaminada, transitable y amigable con la bicicleta y el peatón. No cabe duda que la otra cara de esta misma ciudad es la del foco del contagio, la angustia y las oportunidades perdidas. Quizás nos hace falta la pandemia para que podamos rediseñar las ciudades a fondo y hacerlas más humanas.
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