Aporofobia, el rechazo al pobre – Adela Cortina

Descripción

Sesión 1 (online) – 30 de Abril de 2022 – Audio 1 en IVOOX https://go.ivoox.com/rf/86454356

Sesión 2 (online) – 14 de mayo de 2022 – Audio 2 en IVOOX: https://go.ivoox.com/rf/87042161

Sesión 3 (online) – 28 de Mayo de 2022 – Audio 3 en IVOOX: https://go.ivoox.com/rf/87727041

 

 

Aporofobia, el rechazo al pobre

Un desafío para la democracia

Adela Cortina

 

Editorial: PAIDÓS Estado y Sociedad

 

Debate Club de lecturas 1/3: Sábado 30 Abril 2022 – 19hrs España

 

Debate Club de lecturas 2/3: Sábado 14 Mayo 2022 – 19hrs España

 

Debate Club de lecturas 3/3: Sábado 28 Mayo 2022 – 19hrs España

 

Links de conexión a sesiones de debate Zoom, disponibles para mecenas de club de lecturas.

Hazte con tus entradas en https://www.clubdelecturas.com/unete/

 

Guía de Lectura preparada por: Jesús Alberto Hernández 

 

Ubicación de esta guía en la web de Club de Lecturas:

https://www.clubdelecturas.com/producto/aporofobia-el-rechazo-al-pobre-adela-cortina/

 

 

Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Es la primera mujer que ingresó en esta Academia desde su fundación en 1857. Y es directora del Máster y del Programa de Doctorado Interuniversitario y de la Fundación ÉTNOR (Ética de los Negocios y de las Organizaciones Empresariales).

 

Es doctora Honoris Causa por ocho universidades nacionales y extranjeras, y en diversas ocasiones ha formado parte del Jurado de los premios Príncipe de Asturias de “Comunicación y Humanidades” y de “Ciencias Sociales”. Entre sus obras se cuentan Ética mínima; Ética sin moral; Ética aplicada y democracia radical; Ciudadanos del mundo: Por una ética del consumo; Ética de la razón cordial; Las fronteras de la persona; Justicia cordial, y Neuroética y neuropolítica.

 

RECONOCIMIENTOS

 

En 2005 recibió el premio Isabel Ferrer que otorga la Generalidad Valenciana por su brillante trayectoria docente e investigadora en el ámbito universitario.

 

En 2007 obtuvo el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos por su obra Ética de la razón cordial.

 

En 2014 recibió el Premio Nacional de Ensayo con su obra Para qué sirve realmente la ética.

 

En 2018 se adjudicó el Premio de la Crítica Literaria Valenciana en la modalidad de ensayo y crítica.

 

Ese mismo año fue galardonada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Salamanca. Y un año más tarde, Doctora Honoris Causa por la Universidad Nacional de Colombia.

 

TRABAJO INTELECTUAL

 

El trabajo intelectual de Adela Cortina defiende aumentar la libertad, reducir las desigualdades, acrecentar la solidaridad, abrir caminos de diálogo, potenciar el respeto de unos seres humanos por otros y por la naturaleza, y encarnar por fin el ideal del cosmopolitismo que hace sentirse a todos los seres humanos en su ciudad, nunca como inmigrantes molestos en casa ajena.

 

Cortina está influida por Kant, Hegel, Marx, Habermas y Amartya Sen y su pensamiento podría caracterizarse como cristiano-marxista.

 

Algunas de las líneas de investigación en las que se han basado sus libros y trabajos académicos son:

 

-Las fronteras de la persona, el valor de los animales y la dignidad de los humanos.

-El reencuentro entre Ética y Economía con el fin de erradicar la pobreza y ampliar la libertad de todos los seres humanos.

-Las nuevas bases para una ética de la ciudadanía sustentada en una razón cordial.

-La importancia de las éticas aplicadas en las sociedades pluralistas y democráticas.

-La ética de la empresa en la sociedad de la información y de las comunicaciones.

-La ética del consumo en la era de la globalización.

-Política, ética y religión como tres dimensiones antagonistas en la construcción del ser humano.

-Un proyecto de ética pública para las organizaciones y las instituciones preocupado por la justicia y por procurar la felicidad de los seres humanos.

 

EL LIBRO

 

En el libro Aporofobia, el rechazo al pobre Cortina traza una ruta desde la esfera psico social para analizar el que considera un problema de salud pública: El rechazo, la violencia y la discriminación en contra del pobre.

 

En los Capítulos 1 al 3 (primer debate) presenta una definición del problema, explica el origen del término que ella misma acuñó y lo asocia con el discurso del odio y con los incidentes de odio, y plantea algunas aproximaciones éticas y jurídicas para abordarlo.

 

En los Capítulos 4 al 6 (segundo debate) intenta demostrar que nuestro cerebro es aporófobo, por lo que el abordaje de este problema no recae sólo en la educación y en la cultura, sino que también se antoja pertinente abordarlo desde la teoría y la práctica de las neurociencias.

 

Y en los capítulos 7 y 8 (tercer debate), la autora propone algunas ideas para construir el andamiaje teórico que permita arribar a una ética cívica, a un ideal de hospitalidad y de cosmopolitismo que defiende a través de autores como Immanuel Kant y Jürgen Habermas.

 

 

ADELA CORTINA – APOROFOBIA – EL RECHAZO AL POBRE

 

 

INTRODUCCIÓN

 

En 2016 llegaron a España más de 75 millones de turistas extranjeros. A las razones para elegir España como destino turístico se sumaron los graves problemas surgidos en otros lugares, con lo cual aumentó notablemente el número de visitantes.

 

Los medios de comunicación mostraron entusiasmo porque esta noticia, tras la crisis en el sector de la construcción y el desastre de la crisis económica, financiera y política, podría anunciar que el turismo puede crear empleo y aumentar la ocupación hotelera y la derrama económica para bares, restaurantes y tiendas de todo tipo. ¿Despiertan esos turistas extranjeros un sentimiento de xenofobia en la población española? ¿Se sienten rechazados, producen miedo o aversión?

 

La respuesta es que no despiertan el menor rechazo. La gente se esfuerza por atenderlos en los hoteles, en las tiendas, en los apartamentos, en las playas y en las casas rurales. En vez de hablar de xenofobia se tendría que hablar de xenofilia, de amor y amistad al extranjero. Hacia este tipo de extranjero. Se añaden valores cómo la hospitalidad, la cortesía y un deseo natural de compartir.

 

Pero en 2016 y desde mucho antes, también han venido de fuera de España otras personas. Han venido del otro lado del Mediterráneo, se han jugado la vida, y algunos la han perdido por llegar a esa supuesta tierra prometida que es la Unión Europea. Sólo que en este caso no se trata de turistas, se trata de refugiados políticos y de inmigrantes pobres. Son otro tipo de extranjeros. No vienen atraídos a España por el sol, las playas, la belleza natural y artística. Les arranca de sus hogares la guerra, el hambre, la miseria. Se ponen en manos de mafias explotadoras, embarcan en pateras e intentan por todos los medios llegar a nuestras costas.

 

 

La crisis de refugiados y políticos se recrudece en Europa desde 2007, y todavía más, desde 2011 con el comienzo de la guerra de Siria. Aunque también, desde 2001, millones de personas huyen de conflictos bélicos.

 

La crisis migratoria hacia Europa a partir de 2015 es la mayor después de la Segunda Guerra Mundial. Personas desesperadas huyen de Siria, Libia, Afganistán, Eritrea, Nigeria, Albania, Pakistán, Somalia, Irak, Sudán, Gambia o Bangladés fundamentalmente a través de Grecia o Italia.

 

Es imposible no comparar la acogida entusiasta y hospitalaria con que se recibe a los extranjeros que vienen como turistas con el rechazo inmisericorde a la oleada de extranjeros pobres. Se les cierran las puertas, se levantan alambradas y murallas, se impide el traspaso de las fronteras.

 

 

Ángela Merkel pierde votos en Alemania por mostrar un rostro amable y persistir en su actitud humanitaria. En tanto, Inglaterra se niega a recibir inmigrantes y apuesta por el Brexit. Sube el número de votantes y afiliados a partidos nacionalistas en Francia, Austria, Alemania, Hungría, Holanda. Y Donald Trump gana las elecciones, entre otras razones, por su promesa de deportar inmigrantes mexicanos y levantar una muralla en la frontera con México. Y, al parecer, algunos votos provenían de antiguos inmigrantes, ya instalados en su nueva patria.

 

Realmente no es xenofilia el sentimiento que despiertan los refugiados políticos y los inmigrantes pobres en ninguno de los países. Tampoco es xenofobia porque lo que produce rechazo y aversión no es que vengan de fuera, que sean de otra raza o etnia, no molesta el extranjero por el hecho de serlo. Molesta, eso sí, que sean pobres, que vengan a complicar la vida a los que, mal que bien, nos vamos defendiendo.

 

Es el pobre el que molesta, el sin recursos, el desamparado, el que parece que no puede aportar nada positivo al PIB del país al que llega, el que aparentemente no traerá más qué complicaciones. Requerirá atención médica, quitará trabajo a los autóctonos, es un potencial terrorista, traerá valores muy sospechosos.

 

Estos no son casos de xenofobia, si no muestras palpables de aporofobia, de rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos en apariencia, no puede devolver nada bueno a cambio.

 

Sin duda, existen la xenofobia y el racismo como existen la misoginia, la cristianofobia, la islamofobia o la homofobia. Son patologías sociales y precisan diagnóstico y terapia. Porque acabar con estas fobias es una exigencia del respeto, no a la “dignidad humana”, que es una abstracción sin rostro visible, si no a las personas concretas, que son las que tienen dignidad, y no un simple precio.

 

La aporofobia es una aversión que se encuentra en la raíz de muchas de las fobias y que va aún más lejos: El desprecio a quien no puede devolver nada a cambio, y por eso se le excluye.

 

 

La pregunta que se hace así mismo el destinatario es: “¿Y yo que ganó con eso?” Necesitamos suplir nuestras carencias con lo que los demás puedan darnos. De esta necesidad nace el Estado de Derecho, nacen las grandes instituciones del mundo político, económico y cultural, con el compromiso de arropar a los ciudadanos, que siempre son vulnerables.

 

Pero los pobres parecen quebrar este juego del toma y daca porque nuestra mente calculadora percibe que no van a traer más que problemas y prospera nuestra tendencia a excluirlos.

 

Pregunta #1

¿En nuestras relaciones cotidianas tenemos en cuenta la dignidad de las personas o preferimos relacionarnos sólo con aquellos de quienes esperamos que nos devuelvan algo a cambio?

 

 

 

 

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