El hombre que amaba a los perros – Leonardo Padura

El hombre que amaba a los perros

Leonardo Padura

Tusquets Editores, 2013

Debate Club de lecturas 1/4: Sábado 24 septiembre 2022 – 19hrs España

Debate Club de lecturas 2/4: Sábado 8 octubre 2022 – 19hrs España

Debate Club de lecturas 3/4: Sábado 22 octubre 2022 – 19hrs España

Debate Club de lecturas 4/4: Sábado 5 noviembre 2022 – 19hrs España

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Guía de Lectura preparada por: Julio Belinchón – Pozuelo de Alarcón, Madrid, España

Ubicación de esta guía en la web de Club de Lecturas:

https://www.clubdelecturas.com/producto/el-hombre-que-amaba-a-los-perros-leonardo-padura/

Leonardo Padura

Escritor cubano nacido en 1956 es autor de artículos periodísticos, de guiones para el cine y la tv, pero sobre todo es novelista. Obras como “La novela de mi vida”, o “Cómo polvo en el viento” le han dado un reconocimiento mundial, pero tal vez la más difundida haya sido la que estamos tratando, El hombre que amaba los perros. En el género policíaco tiene una saga en torno al investigador Mario Conde.

Entre sus muchísimos reconocimientos y premios, destaca el Nacional de Literatura en Cuba y el Príncipe de Asturias en España.

EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS

LEONARDO PADURA

Este libro en realidad narra tres historias diferentes que, por momentos, acaban confluyendo en el tiempo o en el espacio con un final trágico, con personajes a los que les une el amor que sienten por los perros:

– Iván Cárdenas, el narrador de la historia, aspirante a escritor que sobrevive en la Cuba del “Período Especial” trabajando en una clínica veterinaria, sumido en la mediocridad y frustración hasta que un encuentro casual en la playa le convierte en receptor de las confidencias del hombre que da título a la novela, un peculiar personaje que pasea dos bellos galgos rusos.

 – Liev Davidovich Bronstein, “Trotski”, líder de la Revolución bolchevique y fundador del Estado Soviético, condenado a un exilio itinerante (Turquía, Francia, Noruega, México) por la persecución enfermiza de Stalin. Un hombre íntegro, dedicado a la causa del socialismo internacionalista y condenado a la soledad, parcialmente paliada por la compañía de su mujer, Natalia Sedova, y su perra, Maya.

  -Ramón Mercader del Río, el comunista español de quien se refleja en el libro el largo proceso que sufre hasta convertirse en un sicario de la GPU estalinista.

CAPÍTULO 1.-

La Habana 2004

Se inicia el relato con el entierro de Ana, la mujer del narrador, Iván. Ella padecía polineuritis avitaminosa y osteoporosis, por lo que ambos sabían que su muerte estaba próxima, después de varios años de sufrimiento. En el último año la enfermedad se había agravado aún más, obligando a Iván a dejar su trabajo. Vivían en un pequeño y desastroso apartamento.

En septiembre ella tuvo un periodo de lucidez que el médico calificó como el epílogo de su enfermedad, coincidiendo con la amenaza de un huracán llamado Iván (¿La coincidencia con su nombre llegaba hasta ahí?) que se aproximaba a Cuba, por cuyo avance Ana mostró un extraño interés. Pero para Iván, comprobar que su mujer moribunda pensaba en el futuro de los demás, fue un dolor añadido a los muchos que ya tenía acumulados. El 14 de septiembre los meteorólogos anunciaron que la gran tormenta había torcido su rumbo y el 16 de septiembre Ana murió.

Iván retrocede en el tiempo para contar cómo conoció a Ana: durante la crisis de los noventa, que provocó el cierre de la revista de medicina veterinaria donde él trabajaba, hubo de buscar otro trabajo. Sus amigos le encontraron uno como ayudante de un veterinario.

Una tarde lluviosa recibió a una joven desesperada con su perro enfermo con una obstrucción intestinal, y le rogó que lo operara. Pero él no podía hacerlo porque no era veterinario. Ella insistió ansiosa y finalmente Iván lo hizo con un resultado positivo. Ella era quince años menor que él.

Dos semanas después, Ana se había instalado en su cochambroso apartamento, pero no mucho tiempo después el perro acabó muriendo e Iván quiso sacarla de su tristeza con un nuevo cachorro, Truco. Asediados por el hambre, los apagones, la devaluación de los salarios y la paralización del trasporte, ambos vivieron un período feliz en medio de la asoladora escasez en la que malvivían los cubanos.

Habían llegado a un grado tal de compenetración que, una noche, Iván le contó la historia de los encuentros que, catorce años antes, había tenido con aquel personaje al que siempre había llamado “el hombre que amaba los perros”.

Esa historia, repleta de odio, engaño y muerte le había afectado tanto que, más allá de unos apuntes que no había podido dejar de escribir, la olvidó enterrada en algún lugar profundo de su memoria. Hasta esa noche.

Cuando Ana acabó de leerlo, le dijo que cómo era posible que no hubiera escrito un libro con aquella historia que Dios había puesto en su camino.

-No lo escribí por miedo, le dijo.

PREGUNTA 1

Las dificultades personales y sociales ¿pueden favorecer la creación literaria y artística, o eso es más bien un mito y los autores crean más y mejor cuando su vida es sosegada?