Divide y vencerás – El reparto de África, 1880-1914 – Henri L. Wesseling

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Descripción

Libro: Divide y vencerás. El reparto de África, 1880-1914

Autor: Henri L. Wesseling

1ª Edición original: 1991

3ª Edición en español: 2014

Debate 1/2: Viernes 10 de Enero de 2020

Debate 2/2: Viernes 24 de Enero de 2020

 

Guía de Lectura: Smart Architect / Viñetas: Jorge Ponce Dawson, conectado desde Galapagar, Madrid, España

 

Henri L. Wesseling – Henk Wesseling (6 de agosto de 1937 – 18 de agosto de 2018) fue un historiador holandés. Fue profesor emérito de historia contemporánea en la Universidad de Leiden, Países Bajos, ex rector del Instituto de Estudios Avanzados de los Países Bajos entre 1995 y 2002. En 1974, poco después de ser nombrado presidente del comité de Historia europea, Wesseling fundó el «Centro para la Historia de la Expansión y Reacción de Europa» dentro del departamento de historia de la Universidad de Leiden. El centro incluía especialistas en China, e Indonesia, y contó con financiación para contratar jóvenes especialistas en temas atlánticos y africanos, entre otros. La historia colonial había desaparecido durante casi dos décadas, pero Wesseling insistió en su importancia en la historia holandesa y europea, a pesar de las dudas de algunos colegas al respecto. El departamento era el custodio de cientos de kilómetros de estanterías dedicadas a fuentes primarias que fueron explotadas por estudiantes avanzados. Se lanzó un taller anual con destacados académicos, así como una nueva revista especializada llamada Itinerario. Wesseling publicó estudios ampliamente leídos sobre el imperialismo, la partición de África, la historia militar, intelectual y cultural francesa, y una biografía de Charles De Gaulle. Como gerente académico, colaboró en el establecimiento y financiamiento de numerosos proyectos, como las escuelas de verano Europeas, un proyecto internacional para el estudio comparativo de India e Indonesia y el Programa Europeo de Transferencia de Ciencia y Tecnología.

 

En 1988 se convirtió en miembro de la Real Academia Holandesa de Artes y Ciencias. Henri Wesseling falleció a la edad de 81 años en la ciudad de Oegstgeest, Paises Bajos, en Agosto de 2018. La obra con la que ha logrado más notoriedad es justamente “Divide y vencerás. El reparto de África, 1880-1914”.

PRÓLOGO

El interés de HW por la cuestión africana se despertó durante un seminario impartido por su maestro, Henri Brunschwig en París, en 1971-72, pero la escritura del libro la inició 10 después y la concluyó en 1990. HW define a su obra como “de síntesis”, y expresa su reconocimiento al trabajo de tantos historiadores africanos, americanos y europeos en los que basa su obra.

 

INTRODUCCIÓN

HW comienza su libro con una pregunta: ¿tiene África una historia?, y hace referencia a las respuestas negativas que daban a esta pregunta historiadores tanto desde el campo conservador como desde el comunista en la década de los 60. Algunos decenios después, dice HW, la historiografía africana eclosionó gracias al trabajo de ingleses, en menor medida franceses y, posteriormente, historiadores africanos, “constituyéndose en una de las evoluciones más impresionantes en la ciencia histórica”. El propio trabajo de HW es una síntesis de dicha eclosión.

HW subraya el papel de los europeos en la historia del reparto de África, dado que todas las decisiones importantes se tomaban en Europa, relegando a los dirigentes africanos a un papel subsidiario.

 

HW se pregunta también: ¿Qué supuso el reparto de África? La respuesta es sencilla, dice, observando los clásicos mapas de África de 1880 y de 1914. El primero enseña muy pocas posesiones europeas, mientras en el segundo prácticamente la totalidad del continente se ha convertido en colonias europeas. HW subraya que se trató de una dominación en base a acuerdos, no a una efectiva conquista real u ocupación, salvo escasas excepciones. El reparto de África fue un reparto “legal” de nuevas fronteras y posesiones basado en acuerdos, y que a día de hoy siguen siendo las fronteras de los estados africanos. Las colonias ya no existen, pero el reparto arbitrario ha permanecido, con todas las consecuencias que ello tiene. El África actual ha sido creada por los europeos de fines del XIX, principios del XX.

 

HW anuncia que su libro describe la historia de esta partición, una historia “breve y espectacular” que se concretó en tan solo dos décadas. Cada año se añadían superficies equivalentes a tres veces la superficie de Francia. La historia del reparto de África es tan sólo una parte de la historia de sometimiento y explotación de este continente, que tuvo episodios terribles más allá del período de este libro, como el anterior tráfico de esclavos, o las atrocidades cometidas en el Congo, que fueron posteriores. Según HW, lo más inquietante del reparto de África fue la ligereza con la que se hizo.

Por último, HW expresa que su metodología histórica hace foco en los protagonistas y sus motivaciones, más que en generalizaciones abstractas.

 

PARTE I: “LA CUESTIÓN DE ORIENTE”: LA OCUPACIÓN DE TÚNEZ Y EGIPTO, 1881-1882

 

El reparto de África comenzó por el Norte, primero con el establecimiento de un protectorado francés en Túnez (1881) y luego con la ocupación inglesa de Egipto (1882), y concluyó nuevamente por el Norte con el establecimiento de un protectorado francés en Marruecos (1912).

 

Tras su derrota ante Alemania de 1870, Francia inició la recuperación de sus ambiciones coloniales con la ocupación de Túnez. Inmediatamente después, Inglaterra ocupó Egipto en el afán de tomar control del recientemente construido Canal de Suez. Muchos historiadores consideran que esta competición inicial entre Francia e Inglaterra es el detonante del reparto de África, que continuó contando con estos protagonistas como los antagonistas principales.

 

El liderazgo europeo lo ejercía Alemania, con Bismarck al frente, y se debía a la victoria sobre Francia de 1870, en la cual había obtenido, entre otros logros, la posesión de Alsacia y Lorena, antiguas provincias francesas. Esta situación era la piedra en el zapato de las relaciones entre Alemania y Francia.

 

  1. FRANCIA Y EL IMPERIALISMO

Francia después de 1870 / Francia y las colonias

 

Tras la derrota de 1870, Francia estaba en una clara decadencia, lo que le restaba cualquier interés imperial. Su gran preocupación era Alemania, por lo cual la colaboración con Inglaterra se presentaba como más conveniente.

 

Sin embargo, en poco tiempo Francia se convirtió en un imperio colonial. Ya había dado sus primeros pasos con la ocupación de Argelia en 1830, territorio que cumplió un papel importante tras la pérdida de Alsacia y Lorena, al recibir a gran parte de su población que se relocalizó como colonos.

 

Surgen ideólogos del colonialismo, fundamentalmente entre los marinos y geógrafos. Uno de esos teóricos fue Paul Leroy-Beaulieu, que defendía una colonización basada en el traslado de capitales, no de personas (aunque los capitalistas franceses nunca acogieron demasiado esta idea). Para prosperar había que expandirse, y África, con la experiencia de Argelia, era vista como un territorio de oportunidad.

 

Al comienzo de la Tercera República (1870-1940), los políticos coloniales más destacados eran Ferry y Gambetta. León Gambetta (1838-1882), italiano nacionalizado francés, fue ministro de defensa y llegó a Presidente del gobierno en 1881. Era un republicano, demócrata y laicista, a la vez que un colonialista convencido. Consideraba que la expansión colonial era una válvula de escape fundamental para evitar los conflictos de clase en Francia. Gambetta fue el máximo responsable de la expedición a Túnez, entre otras misiones.  Por su parte, Jules Ferry (1832-1893) fue el político colonialista más conocido de la Tercera República. Era un burgués de Lorena, defensor del liberalismo y el libre comercio, positivista y anticlerical, que fue miembro destacado de muchos gobiernos. Se convirtió en el arquitecto de la expansión colonial y uno de los mayores teóricos del imperialismo francés moderno. Su imperialismo lo consideraba una obligación moral, porque “las razas superiores tienen el deber de civilizar a las razas inferiores”. Ferry orientó a la Tercera República a realizar la expedición de Túnez de 1881.

 

 

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