«Gente peligrosa – El radicalismo olvidado de la Ilustración europea» de Philipp Blom – Editorial Anagrama, 2012
Edición original: A Wicked Company – Basic Books – Nueva York, 2010
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Philip Blom (Hamburgo, 1970) es historiador, periodista y autor de varias novelas. Trabaja también como presentador de radio, realizador de documentales y conferenciante.
Entre sus trabajos destacan: El coleccionista apasionado. Una historia íntima. Encyclopédie. El triunfo de la razón en tiempos irracionales. Años de vértigo. Cultura y cambio en Occidente, 1900-1914, Gente peligrosa. El radicalismo olvidado de la Ilustración europea. La fractura. Vida y cultura en Occidente 1918-1938 y El motín de la naturaleza.
Como periodista ha escrito para los más prestigiosos diarios y revistas internacionales.
El amplio trabajo y los intereses de investigación de Blom han recibido numerosos elogios. Ganó varios premios internacionales y sus libros han sido traducidos a 16 idiomas.
GENTE PELIGROSA
En la historia del pensamiento, al igual que en tantas tareas de la vida, hay ganadores y perdedores. Platón fue un ganador y Aristóteles también, mientras que Epicuro fue borrado por completo.
El libro que vamos a debatir habla de unos cuantos personajes que ganaron algunas importantes batallas históricas, pero perdieron la penúltima. Tuvieron en sus manos las claves de una sociedad que podría haber sido más libre y justa, menos reprimida y más feliz. Pelearon con coraje por esa visión y corrieron un gran riesgo al hacerlo, pero sus ideas cayeron en desgracia, ahogados por la estruendosa corriente de la Revolución Francesa, hasta quedar eliminados de la historia, perdiendo la batalla de la posteridad.
A uno de ellos, el barón Thiry D´Holbach (1723-1789) hoy sólo lo recuerdan unos pocos eruditos, mientras que al otro, Denis Diderot (1713-1784) se le conoce como editor de la gran Enciclopedia y por unas cuantas obras de ficción. Y sin embargo, D´Holbach no fue sólo el anfitrión de la mayoría de las mentes más brillantes de su siglo, sino también un importante autor filosófico por derecho propio, autor de algunos de los primeros libros ateos publicados desde la antigüedad. En el S.XVIII, cuando estos pensamientos se consideraban heréticos y merecedores de la muerte, defenderlos era, desde luego, un desafío hercúleo y con ese riesgo y esas dificultades, su salón y sus principales visitantes fomentaron muchas de las ideas que produjeron la Revolución Francesa.
Con la perspectiva que nos da el tiempo, sabemos que estos autores fueron eclipsados durante el final del S.XVIII y todo el XIX, pero la batalla última no la han perdido del todo. Tal vez incluso pueda decirse que la han estado ganando. Muchos aspectos del pensamiento actual y del mundo en el que vivimos están en deuda con ellos.
Las ideas que emanaron de la Rue Royal donde tenía su residencia el Barón, muestran lo que hemos ganado desde su época, nos dice Philip Blom, pero también lo que podemos llegar a perder de nuevo, porque, si algo nos ha enseñado la historia es que nada está conseguido de forma permanente y que las amenazas siempre están presentes.
Pregunta nº1
¿Conoces ejemplos de personajes que fueron olvidados y posteriormente volvieron a ser recuperados, tanto en el mundo del pensamiento, como en arte, música y otros?
1.- LA CIUDAD DE LAS LUCES
Paris en el S. XVIII era la ciudad más atrayente de Europa, la que marcaba la moda, el sprit y el buen gusto, en un contexto de intensa vida social. Varios grandes salones competían por la atención y la presencia de los filósofos más brillantes de la ciudad. Curiosamente casi todos eran regentados por damas distinguidas. En una sociedad tan machista como la francesa del siglo XVIII, para muchas de estas mujeres ricas y brillantes, hacer de anfitrionas era la única manera disponible de participar en la sociedad literaria e influir en la vida intelectual promoviendo a determinados autores por encima de otros.

Madame de Tencin, por ejemplo, recibía en su salón a muchos de los hombres más poderosos e inteligentes de la nación. En 1717 dio a luz un hijo ilegitimo que dejó abandonado en la escalinata de una Iglesia. Ese niño acabó convirtiéndose en Jean D´Alambert, uno de los matemáticos más eminentes del siglo y coeditor, junto con Diderot, de la gran Encyclopédie. Tras la muerte de Mdm. De Tencin, cogió su relevo Madame de Geoffrin, tal vez la más grande saloniére, que se convirtió en garantía de éxito para los que podían leer un manuscrito en su casa. Nadie podía soñar con hacer una carrera literaria sin su aprobación.
Dentro y fuera de los salones, una nueva generación estaba irrumpiendo con pretensiones muy ambiciosas.
Voltaire había sido un invitado habitual del salón de Mdm. De Geoffrin.

Por edad era el mayor de toda aquella generación impetuosa que estaba poniendo patas arriba el orden establecido. Su afilada pluma le hizo famoso por satirizar a muchos grandes de Francia e incluso a miembros de la Corona. Todo eso le supuso el destierro y tiempo después, un año en la Bastilla. Pero sus obras de teatro eran un éxito y la cárcel no hizo sino aumentar su popularidad. Sus críticas a la influencia de la religión en la política y la crueldad ejercida en nombre del cristianismo le siguieron causando graves represalias, con amenazas, un segundo encierro en prisión y finalmente el exilio. Pero Voltaire no era un revolucionario. Sus críticas no eran tanto a la religión como a la superstición y a la ignorancia. Creía en un Ser superior, una especie de Gran Relojero creador.
Denis Diderot procedía de una familia de artesanos muy religiosa, y su padre, conociendo su temprano talento, lo destinó a la carrera eclesiástica en un colegio de Paris.

Desnis no era un joven con vocación religiosa y optó por una vida como literato. Pero siendo desconocido y pobre, tenía pocas opciones de reconocimiento y menos aún de entrar en los grandes salones. En esos años se ganaba la vida escribiendo relatos pornográficos y panfletos en los que atacaba al poder político y a la Iglesia. Todo por supuesto de forma clandestina y con un gran riesgo. Desde luego no era el único que escribía este tipo de literatura. A mediados del XVIII en Francia abundaban los escritos en los que se atacaba la sospechosa unión entre la Iglesia y el Trono, llegando a pedir muchos de ellos que se derrocase la Monarquía para conseguir la igualdad de todos los seres humanos.
En esos años había ido forjando un círculo de amistades que serían determinantes en su futuro. Quizás el que más le influiría sería un joven llamado Jean Jacques Rouseau procedente de la calvinista ciudad de Ginebra e hijo de un artesano relojero

Su madre no pudo sobrevivir al parto de Jean Jacques y ese hecho le supuso una culpa que arrastró toda su vida. A sus 16 años se marchó a Francia donde se pasó al catolicismo y fue acogido por una baronesa que le descubrió un mundo de cultura y filosofía. Leyó con interés muchos libros de su biblioteca y aprendió las bases de la teoría y de la composición musical que, tiempo después, le permitió clases de música. Pero deseoso de conocer otros mundos, a los 21 años se marchó a Paris.
El ambiente en la capital no era fácil para un recién llegado. El azar le llevó a conocer a otro joven que malvivía como escritor y traductor, un tal Denis Diderot, que languidecía como él a la sombra de las figuras consagradas del mundo literario. Entre ellos estaba naciendo, para bien y para mal, una de las amistades más influyentes del S. XVIII.
Mientras Diderot y Rousseau se abrían camino como podían, el Barón de D´Holbach lo tenía más fácil.

Miembro de una rica familia alemana, recibió la mejor educación del momento en la universidad de Leiden en los Países Bajos, donde se formó intensamente en materias científicas y filosóficas dentro de un contexto de libertad de expresión inimaginable en cualquier otro lugar de Europa. Uno de sus mejores amigos de esa época, La Mettrie, escribiría en un ensayo “El hombre no es la cumbre de la creación, sino parte del mundo natural. El alma inmortal, sostenía La Mettrie, no existe; no hay sustancia espiritual sino únicamente distintas funciones que dependen del correcto equilibrio del cuerpo humano que no es sino una máquina bien engrasada”.
D´Holbach absorbió a conciencia las ideas de su amigo La Mettrie y de tantos otros compañeros apasionados por los nuevos descubrimientos, que debatían acaloradamente alrededor de una mesa una vez por semana, de tal modo que cuando se instaló en París quiso reproducir los momentos maravillosos que había conocido en la Universidad de Leiden, organizando cenas en su casa, encuentros intelectuales para sus amigos y para amigos de sus amigos, los jueves y los domingos alrededor de una mesa bien surtida.
El escenario estaba dispuesto para lo que sería la mayor empresa intelectual de siglo XVIII.
Pregunta 2.
La Ilustración se desarrolló en un ambiente de intensa vida social. ¿Los círculos de amistades y de afinidad son necesarios para el desarrollo de corrientes de pensamiento científicos, culturales y artísticos, o más bien la creación es un trabajo individual y callado?
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Inicio del resumen de «Gente peligrosa – El radicalismo olvidado de la Ilustración europea» de Philipp Blom, preparado por nuestro compañero Julio Belinchón. Como soci@ del club, puedes leerlo completo en el apartado Lecturas de esta web: https://www.clubdelecturas.com/producto/gente-peligrosa-el-radicalismo-olvidado-de-la-ilustracion-europea-philipp-blom/
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