Construir pueblo – Iñigo Errejón y Chantal Mouffe

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Descripción

PRESENTACION

 

La irrupción de Podemos en España como un proceso inédito que tiene un profundo trasfondo teórico. Entre sus referentes principales, destacan Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, con su obra “Hegemonía y Estrategia Socialista” publicado en 1985, en el que utilizan el concepto de “hegemonía” de Gramsci como forma de cuestionar el esencialismo clásico de la izquierda. Laclau y Mouffe son figuras que se inscriben en el llamado postmarxismo. Podemos extrae de ellos la idea de que no existen identidades políticas rígidas y de que es posible, mediante una visión dinámica y antiesencialista de la política, construir un pueblo y radicalizar la democracia.

 

EL PROYECTO DE HEGEMONÍA Y ESTRATEGIA SOCIALISTA – Pág. 9

 

CM explica que “Hegemonía y estrategia socialista” lo escribieron con la intención de incorporar en la reflexión de las izquierda los nuevos movimientos surgidos tras el 68, tales como el feminismo, el ecologismo, las luchas antirracistas y contra la discriminación homosexual, que quedaban fuera del discurso de la izquierda marxista por no surgir como reclamo de la clase obrera.

 

Mouffe explica como fueron influidos por el pensamiento de Foucalt, Lacan o Derrida, y por toda la construcción del psicoanálisis, para fundamentar su crítica al esencialismo de izquierda.

IE destaca el carácter herético del libro de Laclau y Mouffe, al identificar una lógica propia en la política para la construcción de sentido más allá de condicionantes rígidos de clase. “La necesidad de construir una identidad que no está dada ni en la economía ni en la sociedad”

 

Según CM, su gran aportación fue unir el postestructuralismo con Gramsci, para poder integrar las luchas parciales postestructuralistas (feminismo, ecologismo…) con las luchas de la clase obrera creando voluntades colectivas, es decir, conseguir la hegemonía, imponer el nuevo sentido común de una época.

 

CM destaca dos dispositivos teóricos:

  • El Antagonismo: La negatividad es constitutiva y nunca puede ser superada. La idea de antagonismo defiende que hay conflictos que no tienen una solución racional posible.
  • La Hegemonía: Entendida como el objetivo de la lucha por la imposición de un nuevo orden de relaciones de poder y de un nuevo sentido común, sin que ningún orden sea más natural o racional que otro (CM defiende un total relativismo). Cualquier order hegemónico puede ser reemplazado por un nuevo orden contrahegémonico.

El planteamiento último de “Hegemonía y estrategia socialista” es la apuesta por la “radicalización” de la democracia como alternativa a los planteamientos jacobinos de revolución total. CM considera que el libro sigue siendo vigente a día de hoy, y que su crítica al esencialismo marxista se ha visto refrendado por los acontecimientos, ya que hoy día no quedan marxistas tradicionales. Y considera que la interpretación hegemónica, es fundamental para entender el paso de la hegemonía socialdemócrata a la hegemonía neoliberal. La socialdemocracia se ha autoliquidado. Da el ejemplo de como se produjo este final con la tercera vía de Tony Blair y Anthony Giddens en Reino Unido o de Ulrich Beck en Alemania: el triunfo del individualismo tras la caída del bloque soviético. Según Blair, había que repensar la política progresista en términos de un “centro radical” (nota propia: orígenes de la propuesta liberal-demócrata / Ciudadanos)

Según CM, en los últimos 30 años ocurrieron dos fenómenos:

  • Visión postpolítica que niega la existencia de antagonismos
  • Desarrollo del capitalismo financiero globalizado que ha creado nuevas formas de subordinación

CM considera que la situación ha empeorado. Que durante la hegemonía socialdemócrata existían valores de derechos sociales e igualdad, pero con la imposición del neoliberalismo se ha instalado el individualismo y el consumismo. Las políticas de privatización han desmantelado las instituciones del Estado. En el 85 pedían “radicalizar” la democracia (maximizar los valores de igualdad y libertad), pero hoy según CM primero hay que recuperar la democracia para luego poder radicalizarla

ESPAÑA Y LA TRANSICION – Pág. 18

 

IE considera que el sistema español tuvo unos equilibrios estables durante 30 años pero que se han roto a raíz de la crisis. Por una parte, hay una ofensiva oligárquica (un fortalecimiento de las elites) y una desafección de las clases populares y medias. La confrontación política ha sido reemplazada por competición electoral entre maquinarias electorales. Esta situación se completa con corrupción generalizada que actúa como mecanismo que cruza los partidos, los conecta al sector inmobiliario y termina asegurando el poder para personajes no electos: una trama de elites que ha secuestrado las instituciones.

 

IE considera la transición como un compromiso que da lugar a una versión española débil de Estado del bienestar, y que en gran medida se debe a los fondos que comienzan a recibirse de la UE. Nadie se impone, los sectores populares no logran desplazar a los herederos del régimen. Lo que se logra es la integración de las elites de los sectores populares, de las elites de las organizaciones de izquierda, sindicales e intelectuales al nuevo orden democrático liberal.

 

Según IE, el PSOE es el gran impulsor de ese proceso, que se ejemplifica con su cambio del NO al SÍ a la OTAN, la aceptación de que “hacerse rico está bien” y el impulso al individualismo como lo verdaderamente moderno. Es una maniobra de transformación que llevó a la desindustrialización, a la desarticulación de las comunidades populares, a la cultura del consenso y al ascenso social individual.

 

IE compara el papel del socialismo español en la transición con el del socialismo chileno al final del régimen de Pinochet, y lo encuentra similar.

 

CM considera que el gran cambio desde el libro “Hegemonía…” fue la caída del muro, y que el concepto de fin de la historia derivado de dicha caída caló en la sociedad española.

 

REPENSAR LO POLITICO – Pág. 29

 

CM considera que el libro “Hegemonía…” sigue teniendo vigencia en el establecimiento de las dos cuestiones clave, que son el antagonismo y la hegemonía. “Contra la tendencia actual a privilegiar el consenso hay que reconocer que la sociedad está dividida”.

 

IE considera que la democracia no es estar todos de acuerdo, sino construir el mecanismo para una disputa infinita.

 

CM habla de dos concepciones de lo político: la asociativa, que busca los consensos, y la disociativa, que busca los antagonismos. Ella se confiesa favorable a la segunda opción.

IE se posiciona en el post-marxismo, “dentro de una matriz emancipadora pero pensando sin ataduras”. Reinvindica que todas las revoluciones rompieron los tópicos y se realizaron desde posiciones heréticas.

 

 

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